BENJAMÍN GIL: ODIADO Y AMADO POR NATURALEZA

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No existe en este momento un personaje en la pelota mexicana que levante más pasiones que Benjamín Gil.

El actual manager de los Tomateros de Culiacán es, desde su época como pelotero, todo un personaje del beisbol nacional.

Odiado, amado, abucheado, aplaudido, polémico, honesto, sincero. Carismático para unos, hablador y antipático para otros. Pero en este momento nada lo define mejor que la palabra ganador.

Sus peloteros no dudan en señalarlo como un líder indiscutible del clubhouse. Un amante del juego que empapa de positivismo a su grupo, que los defiende, y que enfrenta los cuestionamientos de la prensa con respuestas francas que no son muy comunes en el resto de su generación.

Así es Benjamín Gil. Siempre lo ha sido. Un personaje que acepta errores en su época de pelotero, que explica porque la canción “No me sé rajar” de Vicente Fernández lo define, que tiene bien identificados a sus detractores, y quien reconoce que comenzó a forjar su perfil de líder desde que supo entender su rol con los Angelinos de Anaheim, equipo que ganó la Serie Mundial de 2002.

«Para entenderme, comprenderme, del porque soy así, hay que conocer la historia de mi madre. A mi madre le diagnosticaron (en el verano de 1973) cáncer cuando yo tengo 9 meses de nacido, y ella peleó contra esa enfermedad y en ningún momento se dio por vencida, nunca se sintió víctima, disfrutaba de la vida y siempre fue un ejemplo sumamente importante para mí y mi familia.

«Ella es la mayor influencia en mi vida. Por eso es que la canción No me sé rajar de Vicente Fernández me identifica mucho, por eso es que mi naturaleza es ‘me retas, te voy a responder’», relata el tijuanense.

Como pelotero, Gil fue seleccionado por los Rangers de Texas en la primera ronda del Draft amateur de Grandes Ligas en 1991. Su talento lo puso de inmediato en los primeros planos, y para muchos sería una futura estrella en el mejor beisbol del mundo.

Tuvo una carrera de altibajos. Luego de vivir cuatro temporadas (1993-197) con los Rangers de Texas pasó a los Angelinos de Anaheim, donde su momento cumbre fue la temporada 2002, en la que fue parte del equipo campeón de la Serie Mundial.

«A muchos les puedo demostrar que no solo hablo, sino que tengo vivencias, que pude conseguir logros y formar parte de grupos. Con Anaheim lo que aporté era más mental y espiritual que físico. Aporté compañerismo, porque era lo que me correspondía, porque comprendía y aceptaba cual era mi rol. El manager (Mike Scioscia) nos compartía la titularidad de la segunda base a Adam Kennedy y a mí. Yo jugaba contra zurdos y él contra derechos, y los dos nos adaptamos a eso».

¿Esas vivencias con Anaheim te sirvieron para tu carrera como manager?

«Claro, y eso es lo que les trato de inculcar a mis peloteros. Que cada uno identifique su rol dentro del equipo y que aprendan a aportar cada uno desde su posición, ya sea jugando o en la banca, porque cada uno tiene un aporte muy importante para hacer un equipo ganador».

Con tres campeonatos en cuatro temporadas dirigidas en la Liga Mexicana del Pacífico (LMP), Gil es ya el segundo manager más ganador en la historia de los Tomateros de Culiacán, sólo detrás del afamado Francisco “Paquín” Estrada, quien acumuló seis títulos con la franquicia guinda.

¿Cuál es la clave del éxito para Benjamín Gil, el manager?

«El ser positivo. Es mucho más fácil enfrentar momentos complicados cuando tú tienes la mentalidad positiva, yo les digo siempre a mis peloteros que se tienen que ver siempre como campeones, si no lo logran no serán los únicos, habrá otros ocho equipos que tampoco lo lograron».

¿Quién influyó en tu mentalidad ganadora?

«Muchísima gente aportó para que yo aprendiera. Julio César Chávez fue una buena influencia en ese aspecto, Michael Jordan fue otra, porque era de los jugadores que nunca se dieron por vencidos.

«Tengo algo bien marcado de lo que me pasó como jugador en los playoffs de la temporada 1995-96 en la Liga Mexicana del Pacífico. Los Tomateros estábamos abajo 0-3 contra Mexicali en la primera ronda. Terminando el tercer juego todos en el clubhouse estaban callados, y yo alcé la voz y con gritos les dije que aunque estaba la serie perdida había que jugar duro, que si ellos nos jugaban fuerte, nosotros teníamos que hacer lo mismo. Y mira, ganamos cuatro al hilo y la serie, luego fuimos ante (Mayos) Navojoa y les ganamos en seis juegos, y en la final derrotamos a (Venados) Mazatlán en 5, y después fuimos a la Serie del Caribe y la ganamos ante el famoso Dream Team de Puerto Rico. Eso nunca se me va a olvidar, y es algo que utilizo como ejemplo para cualquier momento, pues les digo a mis jugadores que hay que pelear en todo momento».

¿Y cómo lidias con los egos de los peloteros?, porque como jugador me tocó verte romper line ups cuando no estabas anotado con Tomateros…

«Sí. Definitivamente yo era muy temperamental. Hacia cosas que no debían hacerse y me arrepiento. Ya más adelante me tocaron ocasiones en las que ‘Paquín’ Estrada me hablaba a mí para que hablara con los otros peloteros que tras ver lo que yo había hecho también lo hacían. Se me caía la cara de vergüenza con él porque me lo pedía, pero yo iba y hablaba con ellos porque sabía que no estaba bien. Sabía que era un líder del equipo y también enfrentaba eso.

«Y ya en mi papel de manager… Pues siempre hay egos, y hay que comprender que cada jugador tiene sus cosas buenas y malas, tienen su hogar y una vida, y ellos piensan en lo que es mejor para ellos, y el manejador piensa lo que es mejor para el grupo».

Tienes muchos detractores y seguro reconoces a algunos…

«Sí, claro. Hay gente que no le gusta como jugaba, que no les gusta como caminaba, que decían que era arrogante, pero yo era un jugador que tenía mucha seguridad de mí mismo, siempre peleador y había gente que no le gustaba.

«A lo mejor no daba la sensación de ser una persona humilde, y los que me conocen saben que sí lo soy.

«En el terreno es una competencia, y trato de no faltarle el respeto a nadie, me he equivocado, pero al igual si hubiera sido igualito pero sin éxito, nadie me tomaría en cuenta.

«Si fuera una persona sin éxito dirían ‘mira ese tonto’, pero como he tenido éxito entonces dicen ‘mira ese arrogante'».

Pero incluso compañeros y peloteros de tu mismo equipo han hecho declaraciones que no te dejan bien parado…

«Sí. En su momento ‘Chato’ (Jorge Vázquez) hizo unas declaraciones diciendo que no volvería a jugar con Tomateros si yo seguía ahí, pero ahora nos vemos y nos saludamos bien.

«Adán (Amezcua) y yo éramos buenos amigos. Adán convivía con mis hermanos, y yo con la familia de él. Cuando me nombran manejador de Tomateros (2014) él me habló, me felicitó, y me dijo que a ver si le daba una oportunidad, pero le dije que yo no formaba el roster, que yo no hacía las invitaciones al campo de entrenamiento.

«No sé quién le habrá dicho qué cosa, y al final de cuentas me bloqueó de las redes sociales, a mi esposa la bloqueó, y no quiero polémica, en el momento que él quiera podemos volver a ser amigos. Él dice que yo lo retiré, y dice muchas cosas de mí, y está bien, lo único que me queda decir es que en algún momento fue amigo mío, fue mi compañero, y le deseo que le vaya bien y a toda su familia».

¿Hasta dónde quieres llegar como manager?

«Gracias a Dios he tenido éxito, me gustaría que eso lo tomara en cuenta alguna organización de Grandes Ligas. Sé que no es fácil, pero quisiera tener una oportunidad de dirigir en un nivel alto de ligas menores, o ser parte de un cuerpo técnico de Grandes Ligas. Espero tener una oportunidad de ser entrevistado y poder cumplir el sueño de dirigir en Grandes Ligas».

¿Ya has tenido algún acercamiento para que eso pase?

«Hace unos años platiqué con gente de los Rockies de Colorado y ellos tenían el puesto de instructor de bateo en los equipos de Triple A y Liga de Novatos. Me entrevistaron y me comentaron que querían que fuera a la Liga de Novatos para ir avanzando, pero les di las gracias porque les dije que no quería estar tan abajo.

«A finales del año pasado hablé con Joe Maddon para ver si podía ser parte de su staff con los Angelinos (de Los Ángeles), y me dijo que iba a comentarlo con la directiva, pero al final decidieron tener su staff con otra gente.

«Maddon me dijo que esperaba en un futuro tener una oportunidad para mí a lo mejor en Doble A o Triple A, entonces esperemos que más adelante se pueda dar algo».

¿Por qué descansar en la temporada 2018-19?

«Mi hijo el menor (Gehrig) iba a jugar futbol americano en high school en su penúltimo año, y Mateo acababa de firmar con Cardenales de San Luis, entonces decidí pasar tiempo con ellos para apoyarlos y estar presente en esos momentos.

«De hecho para la temporada 2019-20 tampoco iba a regresar, pero fui a Culiacán por un negocio y tuve una plática con Miguel Ángel Ley (vicepresidente de Tomateros) y él me propuso regresar. Hablé con mi hijo Gehrig, hablé con mi esposa, y ya Tomateros había tomado a Mateo en el draft, y pues entonces entre todos decidimos que era una buena oportunidad para regresar.

«Sé que se dijeron muchas cosas. No hubo ninguna suspensión de un año como se dijo, ni nada por el estilo. Incluso tengo una excelente relación con el presidente de la Liga, Omar Canizales».

Incluso se especuló que no te gustó que la LMP te multará con 100 mil pesos por el ya famoso “nos la pelaron”…

«Para nada, lo que sí es que no se me hizo justo. Estoy consciente y sé que me equivoqué, pero en el momento no estaba nada establecido en la liga de que si hacías tal o cual cosa se te iba a castigar o multar. Comprendo que se me tenía que multar, pero el monto se lo sacaron de la manga, porque no había tarifa, y me multaron con una cantidad grande la cual me descontaron del premio que se les da a los participantes de la Serie del Caribe».

¿El tema Juan Pablo Oramas ya quedó en el pasado?

«Es que a mi no me interesa tener broncas con nadie. Yo en ningún momento salté a ofender a Oramas. Yo con el tema de “hombres no nombres” defendí a mis peloteros. Con el tema de (Clayton) Kershaw nunca dije que Oramas no era buen pitcher, lo único que contesté fue porque uno de los periodistas preguntó que cómo pensaba que podríamos ganar ante el pitcher más dominante de México, y por eso dije que Oramas no era Kershaw. Y dije que Anthony Vásquez sí había sido un pitcher dominante una postemporada pasada, porque había recibido un hit y luego dominado a 27 bateadores. Solo fue tratar de no aceptar que menospreciaran a mis peloteros».

¿De tu época como jugador te arrepientes de algo?

«Lo puedo decir, yo fui muy dedicado, enfocado en cuanto era la hora de juego. Creo que a lo mejor me faltó más dedicación al deporte fuera del terreno. A lo mejor no hubiera jugado cada invierno, y eso que son de las mejores memorias de mi vida, pero hubiera descansado para fortalecerme tanto física como mentalmente, seguro que eso me pudo haber ayudado. Entonces creo que no era necesario haber jugado cada temporada invernal, a pesar de que las disfruté todas, pero tampoco eso quiere decir que hubiera tenido más éxito».

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Roberto Espinoza es un periodista especializado en beisbol desde hace 18 años y es Director de BEISBOLPURO. Tiene experiencia colaborando para medios nacionales e internacionales como REFORMA, Récord, ESPN, Fox Sports, Yahoo! Deportes, LasMayores, entre otros. Ha cubierto 12 Series Mundiales, 7 Juegos de Estrellas de las Grandes Ligas, 3 Clásicos Mundiales, así como a la LMB y la LMP.

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