Por EMMANUEL CAMPA / @elcampa21
CIUDAD DE MÉXICO.- Anoche los Tomateros de Culiacán tuvieron que estar el Juego 2 de la semifinal, pese a enterarse tres horas antes del inicio que Leo Valenzuela, quien formaba parte de su cuerpo técnico, falleció momentos antes en su habitación.
Ignoro qué tanta relevancia podía tener Valenzuela a la hora del juego, quizás no al grado de ser imprescindible (aunque tenía que pasar la práctica de bateo temprano) pero desde luego que el lado humano del pelotero, que apenas una noche antes celebró con él el primer triunfo de las semifinales, lo terminó por afectar.
¿Eso fue definitivo para que los Tomateros perdieran el juego de anoche? No lo sé. Quizás pudo afectar de otra manera, motivar, que los jugadores le dedicaran el juego y que salieran con más bríos y más enfocados. Pero quizás algunos sí estuvieron durante el partido pensando en su compañero, o en la pena de su familia, más allá del turno al bat que se daba en ese momento.
A mí parecer la oficina de Tomateros, o la propia presidencia de la Liga Mexicana del Pacífico (LMP), debieron posponer el juego de ayer y darle al pelotero, y al cuerpo técnico guinda, la oportunidad de respirar un poco y sacudir su dolor.
Entiendo que la LMP no quiere perder días, al contrario, están esperanzados en tener series cortas para adelantar el inicio de la Serie Final (programado ahora mismo para el 21 de enero) pero creo que nada costaba perder el día de descanso a cambio de un poco más de tranquilidad en el ánimo de los peloteros. El lado positivo es que, al tener hoy el día libre, no sería nada raro que más de un jugador, cuerpo técnico y directivo, hiciera el viaje al sur de Sonora para acompañar a la familia del gran Leo, aunque para los que no puedan hacer el viaje, hoy mismo en Culiacán tendrán un servicio religioso (a las 15:00 horas, tiempos de Sinaloa, en el Santuario de Guadalupe «la lomita»).
Por cierto, a mi gusto, la oficina guinda, y quizás también la LMP, todavía le quedan a deber un gran homenaje a Francisco ‘Paquín’ Estrada. Y sí, el acto del pasado 10 de diciembre, un día después de su muerte, en el Estadio Tomateros fue simple, pero muy emotivo. Obviamente menos que el que tuvo a bien organizar su familia, en conjunto con la directiva de los Mayos de Navojoa, en el Estadio Manuel Ciclón Echeverria, ese mismo día, con sus restos presentes.
Y no me mal entiendan: No digo que estuvo mal no llevar el cuerpo a Culiacán, o algo parecido, a final de cuentas su familia es la que tomó la decisión que ellos quisieron y eso es lo correcto.
Sólo creo que lo que el ‘Paquín’ dio a Tomateros, principalmente como manager, daba para un homenaje más planeado, con su familia presente y con algo más de solemnidad.
Si Culiacán avanza a la Serie Final, sería una gran oportunidad para ellos mismos, y para la LMP, de organizar algo como ‘Dios manda’. Y si ese mismo Señor lo decide así, y toca que la final sea con Yaquis, equipo donde lució más como pelotero, porque no pensar en un gran tributo en ambas plazas.
¿Sería correcto de una vez retirar su número 25 de todas las plazas de la LMP? Para mí sí.
Le doy las gracias a Roberto Espinoza por invitarme a participar en su proyecto BeisbolPuro. Vamos a estar por aquí tratando de componer el mundo con nuestra opinión al menos una vez por semana y con algunas aportaciones más.
Por hoy es todo. Y recuerda, si te vas a ponchar, que sea tirándole.
