Por RONNIE CAMACHO
Esa noche ganábamos en el cierre del noveno 4 carreras contra 3, lanzaba por nosotros el cubano y estelar lanzador Andrés Ayón, navegaba en agua tranquilas, después de reponerse de un mal cuarto inning, donde le anotaron tres carreras por un jonrón de Bobby Prescott, con dos en las bases.
Ese juego lo fuimos remontando anotando 2 carreras en el sexto y dos en el octavo, el score decía 4 nosotros y tres para ellos. Pues bien, en ese último inning petrolero Rogelio Jiménez abrió con doblete, Fernando Graham se embasó en un infield hit, el Natas García recibió la base por bolas y Tony Castaño entra al montículo.
-“Dame la bola, viejito. Ya es todo, luces cansado”, dijo Castaño.
-“Viejo, dame chance otro bateador, me siento todavía fuerte”, respondió Ayón.
-“No, que le den el palo a ‘Jiquí’ (Moreno), aquí hay que anticiparse para lo que viene y no quiero conjugar el verbo ‘te hubiese sacado cuando lo pensé’, señaló Castaño.
Ayón asentó con la cabeza que estaba de acuerdo, pero antes volteó a verme y yo le cerré el ojo, dándole a entender que se fuera, llegó el gran Jiquí a hacerse cargo de la difícil situación, no había out, y las bases estaban llenas, la magnífica asistencia de esa noche vibraba de entusiasmo y de emoción, no era para menos, el juego ahí estaba a la vista.
Cuando (Jorge) Fitch, Moi (Camacho) y yo vimos calentar a Jiquí, nos miramos y le comentamos a nuestro lanzador. “Oye, que duro vienes, con esa liza no creo que te saquen el bat rápido”, le dije.
“Y tengo forty three (43), ya tú verás”, nos dijo sonriendo ese ejemplar lanzador cubano, héroe de mil batallas en el amateurismo de Cuba.
“Ustedes jueguen atrás, déjenme a mí a los que tendré enfrente”, nos apuntó.
“Y se inició el drama”. Venía a batear el pitcher Efraín Arano, entonces Memo Garibay, manager petrolero, lo sacó por el emergente zurdo Chema Leal y lo ponchó sin tirarle, Emilio Sosa y Ángel Scull también fueron outs por la vía del ponche, haciendo estallar a aquel público que admirado por la demostración de poder en su brazo, se paró de sus asientos y le brindó una prolongada ovación, premiando el esfuerzo realizado.
Nosotros nos quedamos con la boca abierta de la sublime actuación, era creíble porque lo estábamos viendo, corrimos a la loma y lo levantamos a hombros hasta el dugout, Ayón tenía los ojos húmedos, estaba a punto de llorar, del viejo para que les digo, únicamente comentó. “Carajo, porqué esta gente se hace viejo, hoy admiré al Jiquí de muchos años atrás, cuando los fanáticos en Cuba coreaban el slogan publicitario. “El que le batee a Jiquí se muere”.
Ese fue el primer juego de la serie de cuatro que jugaríamos en el Parque Merino. Llegamos al hotel Poza Rica, el viejo venía muy contento, antes de bajarnos se paró enfrente de nosotros dentro del camión y nos dijo: “No sé cómo empezar esto chico, lo único que tengo a flor de labio es, que son ustedes unos guerreros, saben realizar su trabajo”. Jiquí Moreno lo interrumpió y le dijo. “Y a tus decisiones, por eso te seguimos”, aplaudimos y nos dimos un abrazo.
Al siguiente día llegamos al parque casi a la hora del juego, la temperatura estaba muy incómoda para practicar y luego jugar. El inmueble petrolero ya estaba lleno de fanáticos, que ansiosos esperaban el segundo juego.
Entramos al terreno y Castaño le dice a Sotelo. “Mike, tú vas hoy, adminístrate pues el calor está a todo lo que da, dame cinco buenos innings, los demás corren de mi cuenta”. “Okey viejo, no lo pensaré dos veces”, contestó.
Llegaron los umpires al jom, y al estar entregando los line ups Memo Garibay le dice a Tony: “Eso que vi anoche me recordó a Martin Dihigo, en la misma situación en Tampico cuando se enfrentó al ‘Diablo’ Wells, Pedro Formental y el ‘Canguro’ Amaro, a los tres los ponchó, era nuestro manager-jugador en Torreón”.
“Si, Dihigo era de brazo de hierro y muy bueno bateando, todo lo hacía bien”, le contestó el viejo, y de inmediato entregó los line ups al umpire principal José Torres: Cardenal 8, ‘Zacatillo’ 5, Ronnie 3, Óscar 9, Moi 4, Morejón 7, Fitch 6, Cancino 2 y Sotelo 1. Por Petroleros: Sosa 7, Scull 8, Osuna 9, Prescott 3, Copa 2, Jiménez 5, Graham 6, Natas 4 y Brown.
Dimos principio al juego y Brown se veía que venía por la goma, duro y controlado. De inmediato nos colgó el primer cero, en tres bateadores, no así Sotelo que embasó a Sosa por bases por bolas, dominó a Scull, pero el «Pillo» Osuna le dio doble contra la barda, yéndose arriba una carrera. A Prescott, Sotelo lo puso en paz dándole un pelotazo; Copa Castillo bateó fuerte al short para un doble play, que cortó las aspiraciones de un tempranero rallie.
Así nos fuimos hasta el sexto inning, y Winston Brown estaba muy fuerte, no había otorgado base alguna, le habíamos conectado apenas tres míseros hits aislados. Óscar inició el inning bateando una fuerte línea que golpeó a Brown en el pecho, se repuso rápido y logró sacar en primera, después cayó al suelo y tuvo que salir del juego.
Garibay, el manager, jaló del bullpen al cubano lanzador derecho Vicente López, quien fungía como inicialista en el staff de lanzadores petrolero. Moi Camacho dio sencillo, Daniel Morejón batea otro hit en jugada de correr y batear, llegando Moi a tercera; Fitch eleva profundo al izquierdo empatando el juego, mientras Cancino y Sotelo son dominados.
En el octavo inning, empatados a una carrera, Prescott inicia con jonrón y entra Castaño al terreno, “La bola Mike, ya es suficiente, das muestras de cansancio, el batazo lo dijo todo”.
Castaño le indica al umpire de bases que quiere al boricua Esteban Rivera, lanzador de recursos y buen slider, dominando la situación sacando en fila a Copa, Jiménez y Graham.
Entramos al inicio del noveno turno, el último chance, viene “Zacatillo” y batea un sencillo, Óscar batea una línea que le rebota en el guante Graham y no sacan a nadie, sigo yo a batear, el viejo me llama a la línea de coach en tercera y me dice al oído: “quiero que me avances a los corredores, con el mejor toque de bola que ni te imaginabas que lo ibas a ejecutar”.
“Viejo, ¿y para esto me llamaste? Bien pudieras haberme dado la seña, además, sabía que me lo ibas a ordenar, cuenta con ello”, le respondí.
El toque fue perfecto por tercera y por la raya de cal, avancé, venía Moi al bat y lo pasaron intencionalmente, pero Garibay dejó el cuadro adentro para sacar en jom, error mental, ¿para qué entonces pasaron a Moi? Fue mejor para nosotros, pues Morejón lo único que hizo fue darle duro y por el suelo para que pasara la bola y así fue, el batazo pasó por un lado del short stop Graham y se internó en el central. Nos fuimos arriba, todavía con hombres en las esquinas Fitch produce la del remache con hit, el score decía 4 carreras contra 1. Cancino es golpeado, Castaño saca a Rivera por el emergente, Eladio Urías, buen chocador de bola, pero falla en fly al centro.
En el fondo del noveno inicia por nosotros lanzando Mauro Ruiz en buena temporada de cerrador, el “Natas” García batea un sencillo alborotando a la gran asistencia de fanáticos, Brown mete a batear de emergente al “Papelero” Valenzuela que no estaba jugando y batea un largo jonrón, complicando el asunto 4 a 3 y sin out. Vienen Emilio Sosa, Scull y Osuna, el viejo entra al terreno y se trae a Juan Suby, Sosa lo recibe con sencillo, Scull al bat, toca la bola y avanza el empate a segunda, el “Pillo” Osuna es golpeado y por poco se arma la bronca.
Castaño va a la loma. “bueno, tú te lo buscaste, sal del problema, sé que lo vas a hacer”, le señaló a Suby, y el cañonero panameño al primer lanzamiento bateó fuerte pero de frente a Fitch y consumamos un dramático doble play, conservándole el juego ganado a Esteban Rivera, quien le dijo en el dugout, “Este juego se me “atravesó” en el camino, no me lo esperaba, gracias Jhonny”.
“La base el éxito de un club de pelota consiste en la calidad de jugadores con que cuentas, y es tarea del manager conjuntar esos caracteres y habilidades, para ganar”, RONNIE CAMACHO.